Seamos voces de amor y paz
- yirka9905
- 12 sept
- 2 Min. de lectura

Hoy mi corazón está dolido. Dolido por lo que ha sucedido con un hombre de fe, un hombre de palabra, un hombre de valores y de convicciones, Charlie Kirk. Más allá de ideologías, más allá de diferencias, más allá de sotanas y de teorías, lo que veo aquí en este devastador suceso, es un ataque directo a la libertad de expresión, a la fe, al amor, a la familia, a la esencia misma de lo que somos como humanidad.
Vivimos en un mundo fracturado, lleno de ruido, de odio y de sombras, estamos atravesando tiempos muy convulsos, sin embargo, creo firmemente que aún hay esperanza. Porque Jesucristo mismo nos enseñó el camino: "Amaros los unos a los otros, perdonar, sanar incluso a quienes nos hieren". Esa es la verdadera revolución: ser voz de amor en medio del caos, ser calma en medio del ruido, ser luz en medio de la oscuridad. Ese fue su legado, y hoy más que nunca debe ser el nuestro, y esto, también lo sabía Charlie Kirk.
Hoy levanto mi voz no para dividir, sino para unir. No para sembrar miedo, sino para sembrar esperanza. Como mujer, como escritora, como hija de Dios, me comprometo a seguir sembrando palabras de sanación, amor y entendimiento. Porque nadie, absolutamente nadie, podrá arrancar de mi alma la certeza de que la luz siempre vence a la oscuridad.
Hoy, una vez más, mi corazón se estremece con las noticias que llegan de tantos sitios: guerras, luchas de poder, millones de personas prisioneras de depresiones y vacíos existenciales, maltratos de toda índole, injusticias, jóvenes que se van demasiado pronto, hombres de fe golpeados por la incomprensión, almas heridas que parecen perder su rumbo, y un triste y larguísimo etcétera. A veces me derrumbo y el mundo se siente oscuro, y sin embargo, aquí estoy… sujeta con fuerza a la roca que me sostiene: mi Padre Abba y Cristo Jesús. Las lágrimas llegan, sí, y la tristeza se posa en mi pecho; pero en medio del dolor descubro algo irrefutable: mi fe permanece intacta, porque en la tormenta Dios me abraza, y en la incertidumbre Jesucristo me guía.
Hoy, más que ayer, siento que mi fe me fortalece y he aprendido que nadie tiene el poder de arrebatarme el propósito que Dios sembró en mí. Ningún comentario, ninguna sombra perturbadora, ninguna voz tóxica, nada que esté fuera del plan divino, podrá apartarme del sendero que estoy recorriendo. Mi palabra seguirá siendo semilla de luz, porque es mi misión, y mi misión va unida a mi propósito y esto, es innegociable.
Hoy quiero invitarte a ti, que lees estas líneas, a detenerte un instante y preguntarte:
¿Qué voces estás dejando entrar en tu vida?
¿Quiénes tienen el poder de desestabilizar tu paz?
¿Desde dónde estás sosteniendo tu fe y tu propósito?
Dedicado a Charlie Kirk: silenciaron su cuerpo, pero su espíritu y su legado serán un eco en la eternidad.
Con profundo amor: Yirka Gonzalez




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